El libro de Jeanine Cummins ha generado múltiples críticas de autores y activistas. El enojo surge por la exclusión de autores latinos en las grandes editoriales y genera un debate sobre quién es publicado, cómo se crea la reputación de un autor y quién puede contar cierto tipo de historias en una industria predominantemente blanca.
Además, Cummins ha sido criticada por identificarse en el pasado como blanca pero mencionar que su abuela era puertorriqueña a medida que se acercaba la fecha de publicación de su novela.
Por Russell Contreras
Ciudad de México, 29 de enero (AP).- Durante un viaje a México para visitar a su familia, la escritora Myriam Gurba se llevó American Dirt, una novela sobre migración y violencia de los carteles anunciada como uno de los más grandes lanzamientos de 2020 en Estados Unidos. La autora de ese libro es principalmente blanca, y a Gurba le pareció que el libro no sonaba sincero.
“Estaba leyendo el libro en el Parque Revolución en Guadalajara. Levantaba la vista y veía el verdadero México”, dijo Gurba, de Long Beach, California. “Volvía a poner la mirada en el libro y veía un México falso”.
Desde antes de su publicación, American Dirt de Jeanine Cummins generó suspicacia y críticas de muchos autores y activistas latinos, en parte porque ha sido proclamado por muchos en la comunidad literaria como una nueva obra esencial sobre la crisis en la frontera sur de Estados Unidos. El novelista Don Winslow lo elogió como el nuevo Grapes of Wrath (Las uvas de la ira).
La novela se ha convertido en un punto álgido en los debates sobre quién es publicado, cómo se crea la reputación de un autor y quién puede contar cierto tipo de historias en una industria predominantemente blanca, desde las editoriales hasta los editores, las librerías y los agentes.
Nicolas Kanellos, fundador y editor de Arte Público Press en Houston, la editorial más grande de literatura hispana en Estados Unidos, dijo que gran parte del enojo surgió por la exclusión de autores latinos en las grandes editoriales.
“Esto ha estado pasando por décadas y estas editoriales en Nueva York no lo entienden”, dijo Kanellos.
Cummins, autora de tres libros previos, ha sido criticada antes por identificarse en el pasado como blanca pero mencionar que su abuela era puertorriqueña a medida que se acercaba la fecha de publicación de su novela.
“No puedes sacar a relucir a tu abuela puertorriqueña cuando te conviene”, dijo Daisy Hernández, una escritora colombo-estadounidense que enseña literatura en la Universidad de Miami en Ohio y que escribió el libro de memorias de 2014 A Cup of Water Under My Bed.
En el pasado, algunos escritores blancos han sido aclamados por su retrato de los latinos en Estados Unidos. Edna Ferber, una autora judía nacida en Michigan, fue ampliamente admirada por algunos latinos por su retrato de los mexicoestadounidenses en su novela de 1952 Giant. Ferber entrevistó a líderes de los derechos civiles como el doctor Héctor P. García y John J. Herrera al investigar sobre la discriminación en Texas. John Steinbeck también tuvo seguidores mexicoestadounidenses por sus historias desarrolladas en el norte de California.
Y en 1974, el californiano John Nichols fue elogiado por su novela The Milagro Beanfield War, que exploraba la complicada relación entre los hispanos y los blancos en el norte de Nuevo México y la batalla por los derechos sobre el agua.
En cambio, otros como T. C. Boyle y D.H. Lawrence fueron criticados por sus retratos estereotípicos de los latinos.
Bernadine Hernández, profesora de letras inglesas en la Universidad de Nuevo México, dijo que desde esos primeros libros sus colegas han introducido estudios chicanos y creado un público de lectores más crítico.
“También llega en un momento en el que los latinos son lectores más sensibles y críticos”, dijo. “Podemos ir a las redes sociales y expresarlo”.
Gurba acusó a las grandes editoriales de “librotráfico”, comparándolas con un cártel que controla quién puede contar historias sobre latinos. Su reseña mordaz de American Dirt, en la que acusa a Cummins de apropiación de obras escritas por latinos, se volvió viral.
American Dirt, publicada la semana pasada, cuenta la historia de una mujer mexicana y su hijo de 8 años, que escapan hacia la frontera con Estados Unidos luego que un cártel mata al resto de su familia. Ha estado entre los 10 libros más vendidos de Amazon.com la última semana y ha sido elogiada por autores que van de John Grisham y Stephen King a escritoras latinas destacadas como Erika Sánchez y Sandra Cisneros.
Y Oprah Winfrey le dio uno de sus máximos honores al seleccionarla para su club de lectores. Algunas celebridades latinas publicaron selfies con el libro. La actriz mexicana Salma Hayek más tarde se disculpó por promover American Dirt sin haberlo leído tras recibir críticas en redes sociales.
En un video publicado el fin de semana pasado en Instagram, Winfrey dijo que ahora se da cuenta de que el libro tocó una “fibra sensible” con los latinos y creó la necesidad de una conversación más profunda. Winfrey quiere tener un debate sobre las políticas editoriales para un especial de Apple TV en marzo.
En un comunicado, Sánchez, autora de I Am Not Your Perfect Mexican Daughter (Yo no soy tu perfecta hija mexicana), dijo que ella recomendó el libro tras ver que Cummins se identificaba como puertorriqueña. “El resultado no era lo que esperaba, obviamente”, dijo Sánchez, mientras que agregó que se tomaría un descanso de las redes sociales.
¿Por qué es tan criticada American Dirt? Sus detractores señalan que tiene estereotipos, un vocabulario regional incorrecto e imprecisiones culturales.
Cummins confesó en su epílogo que no sabía si era la persona adecuada para escribir el libro. Dijo a The Associated Press que pasó mucho tiempo en México y conoció a muchas personas a ambos lados de la frontera.
“Demasiadas historias se centran en hombres violentos e historias machistas violentas sobre personas que cometen atrocidades”, dijo. “Mi esperanza es cambiar la narrativa y mostrarla desde el punto de vista de la gente del otro lado de la violencia”.
Aun así, la ira se incrementó luego que Gurba tuiteó una imagen, originalmente publicada por Cummins, de la fiesta de lanzamientos del libro del año pasado en la que había centros de mesa con alambre de púas. Cummins, haciendo referencia al arte de la portada de mosaicos azul y blanco divididos por alambre de púas, también publicó una imagen de la portada pintada en sus uñas.
— Myriam Chingona Gurba de Serrano (@lesbrains) 22 de enero de 2020
BARBED WIRE MANICURE: THE JEANINE CUMMINS STORY #tetanus pic.twitter.com/TdtvOT0xWw
— Myriam Chingona Gurba de Serrano (@lesbrains) 23 de enero de 2020
Algunos latinos planean boicotear las lecturas de Cummins. Hasta ahora, se han cancelado tres eventos en parte por temores sobre seguridad. Tony Díaz, un novelista mexicoestadounidense en Houston, está organizando una protesta afuera de la tienda Blue Willow Bookshop, que recibirá a Cummins el lunes. “No vamos a volver a pisar esa librería”, dijo.
Tony Diaz, a Mexican American novelist in Houston, is organizing a protest outside the Blue Willow Bookshop, which is hosting Cummins on Monday. “We will never set foot in that bookstore again,” he said. https://t.co/sAH7qvM9Gm
— Tony Diaz (@Librotraficante) January 28, 2020
La propietaria de Blue Willow, Valerie Koehler, indicó que el establecimiento está analizando las opciones con la editorial para el evento. “Creemos en la libertad de expresión y en el poder de la historia”, dijo Koehler en un comunicado.
Matt Sedillo de Los Ángeles, poeta y autor de Mowing Leaves of Grass, dijo que las editoriales deben abrir más espacio para los escritores latinos o arriesgarse a quebrar en el futuro. “Hasta entonces tendremos que crear nuestras propias redes fuera de las grandes editoriales”, dijo Sedillo. “Y entonces vendrán a rogarnos”.